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Tiro de gracia: La industria automotriz mexicana

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La industria automotriz mexicana peligra debido a 3 factores que la han mermado en el último año.

México se convirtió en un país muy atractivo para las inversiones de la industria automotriz provenientes de grandes armadoras como Nissan, Kia, General Motors y otras que vieron en México un lugar estratégico para instalarse. Estas decisiones no fueron únicamente comerciales, sino también de posicionamiento geográfico y mano de obra calificada, sumando la voluntad política que facilitó el desarrollo de estos clústeres.

Lo anterior fue una suma de voluntades y trabajo conjunto de sector privado y gobierno, que dio como resultado el crecimiento y desarrollo económico en la región del Bajío integrada por Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí y Querétaro. Al llegar esas grandes armadoras, trajeron consigo inversiones por partes de empresas Tier 2 y Tier 3, para satisfacer los insumos de este gran sector.

El gran boom del sector automotriz representa hoy, la principal industria receptora de Inversión Extranjera Directa (IED) con el 14.9 % del total y el 28.5% de la manufacturera en los últimos diez años, con un valor acumulado de 45,052 millones de dólares. Hoy atraviesa una época que resulta crucial para la preservación de 247, 290 empleos directos en el Bajío, 247,290 familias que viven de dicho ingreso.

La pandemia y la falta de insumos

No podemos dejar de mencionar el efecto que ha tenido la pandemia en este sector, recordemos que en 2020 debieron parar por completo sus operaciones al no ser considerada como un sector esencial, lo que significó grandes pérdidas.

También durante la pandemia, la demanda de equipos electrónicos aumentó, lo que ocasionó un retraso en el envío de los llamados semiconductores o chips. Esto significó más afectaciones para el sector, los chips son necesarios entre otras cosas para controlar el rendimiento del motor. El mayor impacto en México lo reportó General Motors, al tener que realizar paros técnicos y con esto dejó de producir 39 mil 101 autos, seguido por Stellantis (antes Fiat Chrysler) con 36 mil 457 autos y Volkswagen con 25 mil 381.

La cláusula del T-MEC

Por último y no menos importante, derivado de la firma del T-MEC en el anexo 23-A, pide (más bien, exige) incluir en la legislación laboral disposiciones que garanticen el derecho de los trabajadores a participar en la negociación colectiva y a organizar, formar y unirse al sindicato de su elección sin la interferencia de las empresas o agentes externos a estas.

Hoy ese tema podría significar para la industria el tiro de gracia pues el T-MEC permite, no sólo elevar aranceles, sino también el bloqueo de exportaciones de un país a otro país en la región, si se reiteran o simplemente denuncian violaciones laborales por parte de una manufacturera, de servicios o que involucre a la minería.

Paro por pandemia, más paro por falta de chips y ahora se suma un tercer paro del factor humano, la suma de tres variables que podrían resultar en la muerte de un sector en México. La pérdida de toda esa inversión, de todos esos empleos y el crecimiento y desarrollo de la región.

Hoy más que nunca es necesaria la estabilidad laboral y la suma de esfuerzos conjuntos para que este sector siga siendo un motor del desarrollo de México.

Fuente: Redacción.

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